Cinco detonaciones ambientaron el segundo día de verificación de la Misión Humanitaria por la Vida, la Reconciliación y la Paz del Catatumbo. A las explosiones ocurridas a menos de 20 metros de la población civil, entre ellos estudiantes que salían de la escuela, se sumaron ráfagas de fusil que desataron el temor en la vereda Mesitas del municipio de Hacarí.
El hostigamiento que confirma la vigencia del conflicto en la zona, comenzó a las 12:55 del medio día justo cuando más de 150 personas compartían un almuerzo comunitario. Aún no hay certeza de las intenciones, ni los involucrados en el hecho, lo que aumenta la zozobra adherida a los integrantes de la misión y la comunidad que se encuentra en medio del conflicto armado entre el ELN y el EPL; en medio de un conflicto que no le pertenece.
Horas antes del hecho, la misión visitó el refugio humanitario de la vereda Villanueva donde confluyen alrededor de 33 familias de esta y otras veredas de San Calixto. Los voceros de la comunidad manifestaron varias preocupaciones, entre ellas la proliferación de enfermedades estomacales, la escasez de alimentos, las afectaciones psicosociales, la presencia de minas cerca a las escuelas, y, por supuesto, las pesadillas por el trueno de los fusiles.
¨No sabemos porque se están enfrentando ellos. No somos culpables pero estamos llevando del bulto. No vamos a levantar el refugio porque tenemos miedo de caer entre la confrontación o pisar una mina¨, declaró uno de los lideres.
Las necesidades y exigencias en el refugio de Mesitas, donde están ubicadas alrededor de 100 personas, son similares. En el momento que la misión se disponía a continuar su camino rumbo a Teorama, ocurrió otra explosión que anunció la llegada de nuevas ráfagas. Aunque la tensión llegó a su punto más álgido, sorprende la naturalización del conflicto entre los habitantes. Los cuales manifestaron que este es el pan de cada día.
La comisión por la Vida, la Reconciliación, y la Paz del Catatumbo ha exigido que tanto el ELN como el EPL se pronuncien sobre lo sucedido. A pesar del condenable suceso la misión mantiene la convicción de continuar su recorrido y recoger propuestas para lograr de una vez por todas el silencio de los fusiles en el Catatumbo.