Con un simple nylon y carnada viva tratan estos pescadores artesanales de buscar el sustento diario en el embalse de Miraflores, a 16 kilómetros por carretera destapada de Carolina del Príncipe al norte de Antioquia, que abastece la central hidroeléctrica de Troneras.
- Hoy está mucho más difícil que todos los días, no quieren picar y ni siquiera se ven -, nos dijeron.
Mucho rato después se despidieron de nosotros:
-La suerte de unos no es la suerte de todos, les deseamos que pesquen algo-.
Ellos probaron suerte luego de lanzar una y otra vez el nylon durante toda la mañana al embalse, y solo alcanzaron a pescar 3 pequeños animales. Cuando los vimos irse se les notaba lo cansados, desanimados y aburridos que estaban por la dura jornada bajo el sol y por lo poco que llevaban en sus manos.
Nosotros lo intentamos pero corrimos con peor suerte, ni uno picó el anzuelo.
Antes era de la tierra y el río de donde emanaban la vida, las relaciones y la posibilidad del encuentro, en cambio ahora solo pastos desiertos, ríos estancados podridos, peces muertos, laderas infértiles y la vida en silencio; todo en aras del “progreso”.
Fotografías: Periferia