Edición 57 - Noviembre 2010

La sociedad de los invisibles (primera escena: los desplazados)

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Quienes habitamos y nos identificamos en la periferia, somos a la vez parte de la sociedad de los invisibles, aquellos que los poderosos desconocen, que somos negados,  y que tristemente nosotros mismos repudiamos. Desde ahora inicio a escribir sobre los invisibles como fórmula para visibilizarnos y empiezo por los desplazados porque ellos, más que nadie, ya no existen como seres de una realidad, sino como parte de un paisaje de fantasías que nos pintan los de arriba.

Aunque el Estado hoy se jacte diciendo que con la ley de tierras y la ley de víctimas los desplazados podrán retornar a sus parcelas y retomar sus vidas, nada resulta más mentiroso a la realidad porque estas leyes se hacen a espaldas de los despojados y condicionan las posibilidades reales de reparación y restitución.Si estas leyes  fueran ciertas, las voces de las víctimas, de los verdaderos protagonistas serían escuchadas y más que ello, serían la guía; al contrario, la represión y el señalamiento es la única manera en que el Estado los mira.

Podrían analizarse mil cosas frente a este tema, pero basta con escuchar a algunos de los desplazados que desde el 5 de octubre luchan y resisten en el parque el lago de Pereira, para hacerse a una idea de la dramática realidad que los hace invisibles. Ellos decidieron “tomarse el lago” para que su problemática fuera vista, para que su situación no siguiera en las sombras, pues según Luis Gonzaga Franco, representante legal de veedurías Ledes- Luz y Esperanza de los desplazados- de población desplazada,  “todos los entes que tienen que ver con población desplazada, llámese Alcaldía, Gobernación, Acción Social, cometen muchas irregularidades con nosotros; alcaldía y gobernación no quieren cumplir con la sentencia T025 y el auto 052 que lo ordena la Corte Constitucional; Acción Social es uno que le echa la culpa al Estado, la semana pasada me reuní con el defensor del pueblo y él me dio el dato de que a Risaralda le hicieron en 2008 un giro de 125 mil millones de pesos para la población desplazada, la cual no se ha visto acá en Pereira para nada, no se ve esa plata invertida en la población desplazada que hay acá en Pereira”.

Por otra parte Francisco Franco, otro de los desplazados que resisten en el parque El Lago señala que “aquí en Pereira nosotros los desplazados, en cuestión de empleo, por ejemplo, vamos a una empresa a pedir trabajo y apenas se dan cuenta que somos desplazados nos discriminan, nos niegan el trabajo, nos dicen que los desplazados somos ladrones, indigentes; también nos dicen los del programa de JUNTOS que no tenemos derecho ni a tener un televisorcito en la casa, porque van y lo visitan a uno y le ven de pronto a uno un televisor, o una neverita o una camita medio buena y de una vez lo rechazan a uno en esos programas, igual en el SISBEN”. 

Y complementa de manera cruda don Luis Pérez cuando dice: “hay personas que viven peor que los cerdos, nosotros los desplazados. Muchos de los desplazados viven peor que los animales y en trabajo, peor, no hay nada. Y si de pronto le dan a uno oportunidad, 8 o 15 días, no hay más. Ese es el trabajo que ofrece este alcalde de Pereira, que dizque es el mejor del país. Él dice que ahora hay mucho trabajo, que en la cuestión de la cogida del café; pero eso es algo tradicional de esta región siempre en noviembre, y además los pagos son muy malos porque, uno irse a trabajar de sol a sol y hasta con lluvias por 20 o 30 mil pesos semanales no paga, pa’ uno enfermarse y no ganarse nada pa’ llevar a la casa. Y eso muestra que no hay un desarrollo completo ni de educación, ni de trabajo o salud para los desplazados, solo son demagogias que se han inventado para ver si nosotros le seguimos el juego para ellos quedar bien ante un gobierno que es igual de mentiroso que ellos”.

Esta realidad es la que han venido denunciando, pero no reciben respuesta alguna de las entidades gubernamentales y solo son víctimas de señalamientos, amedrentamientos y amenazas: “la policía nos ha tratado de una manera pésima, son más terroristas ellos que nosotros que es como nos dicen, nos han dejado mojar aquí en la noche porque tendimos un plástico y nos lo tumbaron porque el Alcalde no permitía eso, que ellos tenían la orden de sacarnos de acá como fuera. Pero nosotros no estamos haciendo una protesta violenta, nosotros queremos es la paz, porque si nos venimos para estas selvas de cemento para encontrar a otros terroristas iguales a los de donde nos vinimos, entonces ese no es el hecho de un alcalde, de un gobierno, atropellar a un pueblo honesto y trabajador, que el único delito es ser campesino y trabajar con humildad en el campo y de allá no pedimos que nos sacaran”, añade don Luis.

Por su parte don Gonzaga comenta que “de la fuerza pública hemos recibido muchas agresiones, nos han amenazado, han tratado mal a los niños, a las señoras, a los adultos mayores. Tenemos una estufa y no nos la dejan instalar, no podemos poner plásticos porque la fuerza pública nos los quita, tengo demandado al capitán Efrén Blanco de la Policía Nacional por una amenaza que me hizo, al alcalde y al coronel de la policía también los tengo demandados porque ellos arbitrariamente abusaron de nosotros cuando estábamos en el edificio administrativo el Lago y nos sacaron de allá habiendo tenido un permiso para estar ahí haciendo la protesta”.

Solo hasta el martes 26 de octubre luego de 21 días de toma pacífica del parque, la alcaldía los atendió. Pero no hubo respuestas positivas y, por el contrario, desconoció la administración de la ciudad el compromiso adquirido hace más de un año con las peticiones hechas por los desplazados. Curiosamente, al día siguiente de esta reunión a Luis Gonzaga Franco un hombre extraño que había estado merodeando el parque le entregó un panfleto que decía: “DESPLAZADOS NO QUEREMOS SABER DE USTEDES O SERAN OBJETIVO MILITAR F.O.V”. Este panfleto iba acompañado de un sugestivo dibujo de una calavera. Igualmente también un joven que se presentó como desplazado de Medellín, pero que nadie entre los manifestantes conocía, le indicó a uno de los desplazados que tenía que perderse de ahí, que él como paramilitar lo iba a matar si lo volvía a ver y que se fueran todos los desplazados.

Esta situación evidencia la posibilidad de que suceda una tragedia, que en cualquier momento uno de los líderes sea asesinado y el crimen quede impune en medio del silencio que impone el paramilitarismo en la ciudad. Según Hernando Aguirre, miembro de la Corporación Paes, organismo de Derechos Humanos, son los grupos Cordillera, desmovilizados del Bloque Central Bolívar, Y los Rolos, desmovilizados del Bloque Capital de las AUC, quienes operan con mayor fuerza en la ciudad y son bandas asociadas al fenómeno del narco paramilitarismo. A principios de los años 2000 fue el frente héroes de Guática de las Auc quien sembró el miedo y generó el desplazamiento en los municipios de Risaralda y son ahora estos nuevos grupos quienes generan desplazamiento al interior de la ciudad, convirtiendo al departamento de Risaralda en “receptor y expulsor de población desplazada”. “La mayoría de los desplazados provienen de los municipios del suroccidente del Departamento, aunque también hay muchos que llegaron de otros lugares como Caldas, Valle, Caquetá; más de un 90% de la población registrada fue expulsada por el paramilitarismo… A la fecha hay 47.700 personas desplazadas registradas en Risaralda, de esas personas más de 22.000 proceden de los municipios del Departamento; es decir, casi el 50% de la población desplazada registrada en Risaralda, procede del mismo Departamento”. Y agrega Dios Chica, activista social y asesor jurídico de los desplazados,  que “es de anotar que Pereira tiene cerca de 28 mil desplazados, aunque en todo el Departamento se calcula que son 46 mil”.

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